Un ex sacerdote gay deja una millonaria herencia a su marido, 55 años más joven La familia de Philip Clement, muerto por coronavirus, cree que Florin Marin le llevó tarde al hospital, donde murió. El matrimonio es legal en Inglaterra y el viudo disfrutará de una pensión vitalicia. Philip Clements falleció durante la madrugada del 31 de mayo en Bucarest, la capital de Rumanía. Estaba afectado de coronavirus, pertenecía un grupo de riesgo, y no resistió el azote de la enfermedad. Hasta aquí, su historia es la de muchas otras personas de edad avanzada durante esta pandemia, tan triste como las otras. Pero en su caso hay un trasfondo extravagante, insólito, que hace de su caso un fenómeno excepcional. Clements tenía 81 años y había sido párroco de la iglesia anglicana, pero abandonó los hábitos porque sentía una pulsión sexual que consideraba incompatible con su vocación. Y no cualquier pulsión: Clements era gay. Y además promiscuo. Llegó a tener amantes en España, donde vivió un tiempo por motivos de trabajo. En los últimos años, sin embargo, se había instalado en Rumanía y finalmente se casó con un hombre 54 años más joven que él. Y ahora ese hombre, Florin Marin, es un viudo que está a punto de llevarse la jugosa herencia de su marido.