El niño Rodrigo Ortiz avisó a su mamá que le dolía el estómago por lo que fue llevado al médico. Pese a que lo atendieron en dos hospitales, su condición de salud no cambiaba.
Entonces comenzaron a aumentar los dolores de “panza” y con ello llegaron los vómitos constantes, los cuales tenían una apariencia de color negro, relató su madre Gabriela Díaz. Rodrigo tenía 12 años de edad y por no haber tenido un diagnóstico correcto murió en Argentina.
Cuando llegaron con el primer médico, el galeno revisó a Rodrigo y afirmó que se encontraba deshidratado.
Tras hacer preguntas de rutina y hacer un chequeo general, el doctor indicó a la mamá del niño que padecía de una gastroenteritis, por lo que solo había que mantenerlo hidratado y debía reposar en casa.
Tras el primer diagnóstico, Gabriela llevó a su hijo a otro hospital para conocer una segunda opinión.
“Volvimos, le di agua, pero su dolor no cesaba, yo lo veía pálido”, dijo Gabriela Díaz.
por la mañana, Gabriela se despertó y lo primero que hizo fue ver cómo seguía su hijo, pero encontró un trágico escenario: “Me levanté y lo encontré muerto… Lo llevé al hospital para que esté mejor y terminó así, no lo puedo creer”, dijo la acongojada mujer, quien afirmó que en las dos revisiones, los doctores solo se limitaron a “tocar la pancita” de Rodrigo, pero jamás hicieron algo más a fondo.