Transcurren los días del boxeo olímpico y las quejas y reclamos van in crescendo. La decisión de permitirles competir en el segmento femenino a dos boxeadoras que fallaron las pruebas de género sigue alimentando la controversia, sobre todo por un deporte en el que la fuerza y la potencia de los puños marcan decididamente la diferencia. Este jueves se dio una situación que profundiza la polémica: el combate entre la argelina Imane Khelif y la italiana Angela Carini.
Khelif fue descalificada del campeonato mundial de 2023, después de no pasar un análisis de elegibilidad de género, por lo que su presencia en París se ha convertido en un tema controversial.
Carini y Khelif apenas intercambiaron algunos golpes antes de que la italiana abandonara el combate, un hecho sumamente inusual en el boxeo olímpico. Producto de la potencia de los impactos, el cabezal de Carini se desajustó en dos ocasiones antes de que decidiera ponerle fin a la pelea. Sobrecogida por las emociones, Carini se negó a estrechar la mano de Khelif tras darse a conocer la decisión, y rompió en llanto en el cuadrilátero antes de bajar. “Es injusto”, se le escuchó decir a su rincón.
Posteriormente, y aún con algunas lágrimas, señaló que abandonó la pelea a causa del intenso dolor en la nariz luego de recibir los primeros golpes. La italiana, quien tenía una mancha de sangre en el pantaloncillo, dijo que no estrechar la mano de Khelif no fue un acto deliberado ni un mensaje político.